Desde hace algunos años la UNESCO decretó que el 16 de mayo de cada año se celebrara el Día Internacional de la Luz, como reconocimiento de los avances y aportes de la luz para el desarrollo de todo ser vivo.
La fecha fue decretada durante una conferencia de la misma UNESCO, donde también se conmemora el día en que por primera vez un láser comenzó a funcionar.
Sencillamente a través de la luz, el hombre puede hacer las funciones básicas de nuestro cuerpo: respirar, ver o reproducirse, así como lograr todos los avances que le han permitido la misma evolución.
La luz, más allá de un lujo, se ha convertido en una necesidad en todos los ámbitos del ser humano. Y que todas las personas en el planeta tengan acceso a la luz, es el reto que se plantea dentro de los objetivos del desarrollo sostenible de la agenda 2030 de las Naciones Unidas.
El espectro de la luz nos ha brindado conocimientos sobre el origen del universo, grandes aportes en la industria de la agricultura, la medicina, arquitectura, artes escénicas, literatura, entre varias más.
La luz ha sido la principal precursora de la iluminación artificial, ha mejorado la calidad de vida de los seres vivos, fuente de energía vital, ha permitido el desarrollo científico y tecnológico.
Adicional, la luz nos brinda diferentes sensaciones y emociones. Nos brinda seguridad en medio de una noche oscura y silenciosa, nos brinda un cambio de emociones cuando atraviesa diferentes cristales de colores y cae sobre una superficie, un ejemplo claro de esto es la Basílica de la Sagrada Familia, en Barcelona.
De otro modo, puede ser usada para complementar los espacios, como en la Iglesia de La Luz de Tadao Ando, en Japón.
Es imprescindible poder cuidar de la luz, pues nos da vida. Estamos en un tiempo donde cuidar el planeta que habitamos es cuidar cada una de las acciones que hacemos y decisiones que tomamos.
Dentro de estas, el cambiar nuestros aparatos electrodomésticos cada cierto tiempo para evitar un consumo de energía mayor es clave.
Así como cambiar nuestra iluminación de antaño, (como lo era la incandescente o la fluorescente) para cambiar a iluminación LED es un pequeño, pero gran paso para ahorro de energía.
Y, por último, el implementar sistemas de automatización o dispositivos inteligentes nos ayudan a poder programar escenas de encendido y apagado y que esto se pueda ver reflejado de igual manera en acciones de sustentabilidad.
En Tecnolite, tenemos nuevas maneras de cuidar al planeta.