Solemos asociar el tipo de iluminación con las actividades que hacemos en diferentes momentos del día, por ejemplo: si vamos a trabajar y/o estudiar solemos tener una iluminación que sea más clara, blanca e intensa para que nos ayude a poder leer y concentrarnos. En cambio, cuando ya vamos a dormir, la iluminación suele ser más indirecta, cálida y tenue.
Pero ¿qué pasa cuando nos encontramos en un punto intermedio? En el que la convivencia y la estancia de las personas sea duradera. Pensemos en un restaurante en el que ya es viernes por la tarde-noche, las personas asisten para querer relajarse y poder entrar en mood de fin de semana; la iluminación juega un papel más importante de lo que podemos pensar. Imagínate, un espacio con iluminación fría y homogénea, ¿te quedarías por horas? Casi creemos que no.
En cambio, ese mismo espacio con una iluminación más tenue, que incite a la convivencia y permanencia se puede lograr a través de focos vintage.
¿Por qué vintage?
Este tipo de iluminación nos remonta a los incandescentes. Funcionaba con una resistencia, en donde la energía calorífica pasaba a convertirse en energía lumínica. El color ámbar del incandescente es el que el daba el toque cálido a los espacios.
Y últimamente ha sido protagonista de las últimas tendencias en los espacios interiores: hogares, restaurantes, hoteles, bares, entre varios más.
“Lo clásico nunca pasa de moda”. Con lámparas vintage no tenemos que preocuparnos que ya no estén en “tendencia” porque funcionan como un complemento para cualquier estilo y espacio.
Se caracterizan por una combinación con texturas, materiales y colores dentro de un espacio. El límite es la imaginación.
La gran ventaja de la iluminación vintage es que está adhoc con cualquier estilo de diseño: industrial, contemporáneo, ecléctico y por supuesto con el brutalismo.
Vintage significa antiguo, viejo o clásico: nos referimos a todo aquello que tiene muchos años, sin embargo, que siguen guardando un encanto que los hace siempre únicos e indispensables.
Decorativo y ahorrador
Es cierto, que están los focos vintage que son de tecnología incandescente, que están hechos para las personas amantes de lo clásico. Sin embargo, gracias a los avances hoy en día también podemos tener iluminación vintage, con el mismo efecto que un foco incandescente, pero ahora en LED. Esto nos ayuda a tener un consumo de energía más responsable sin dejar de tener el efecto y la calidez que solo generan las lámparas vintage. Mismo efecto, misma temperatura, pero en LED.
La iluminación vintage en una cafetería nos incita a la convivencia y a querer estar siempre un ratito más. En una casa invita a que los invitados no se quieran ir. En un restaurante, ocasiona que pueda tener espacios más “instagrameables” al tener una decoración más estética. Y en cualquier espacio lo pinta como siempre algo clásico y que seguro nunca va a pasar de moda.
En Tecnolite, contamos con una amplia variedad de iluminación vintage, date una vuelta y podrás encontrar siempre lo que necesitas para realzar y enaltecer todos tus espacios.